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La defensa de las selvas, los montes y los pastizales y el avance del monocultivo forestal.

Julio 2012 
Grupo de Reflexión Rural 

Inmensas extensiones de las provincias del Norte y Litoral de la Argentina están siendo arrasadas por los modelos agroindustriales en sus distintas variantes, en todos los casos, la intencionalidad es la misma: la extinción de los ecosistemas naturales, ya devastados por décadas de extractivismo, para la producción de materias primas industriales en su inmensa mayoría, destinadas a la exportación.

El avance de la frontera sojera desde la Pampa Húmeda hacia la llanura chaqueña y los contrafuertes andinos, se ve complementada, en una maniobra concertada, por el avance de las forestaciones industriales sobre los esteros y pastizales de las cuencas de los grandes ríos sudamericanos.

No existen territorios vedados para el extractivismo ni reservas naturales que no enfrenten hoy la inminencia de su desaparición. Es más, las leyes de protección y regulación han sido burladas sistemáticamente, con mayor ímpetu, a partir de su promulgación, que pretendía reponer los equilibrios ecológicos y termina legitimando su desaparición concertada.

Repercusiones del documento del GRR sobre los sucesos en Jujuy

En primera instancia aparece una opinión sobre el documento del GRR -omitimos los nombres ya que lo que interesa es el contenido del debate- y debajo del mismo la respuesta por un miembro del Grupo de Reflexión Rural.

"La gente involucrada en la reciente movida de Libertador General San Martin no pide volver a la tierra para trabarla. Solamente pide suelo para viviendas dignas, viviendas que implican situaciones habitacionales que no pueden ser satisfechas sin minería e industrias. Por otro lado la ciudad (y las ciudades en general) recibe tanto a los expulsados por la ampliación de la frontera agraria capitalista, como los que migran del campo a la ciudad para mejorar su calidad de vida bastante deplorable por la superpoblación relativa de, como se dice, el "terruño" antidiluviano. Me consta ( y someto a nuevas verificaciones) que toda la población de Libertador Gral San Martin no podría alimentarse cualicuantitativamente con los exclusivos recursos de la caza, la pesca, la agricultura campesina y la ganadería. Es una ciudad subsidiada por las politicas sociales, el empleo público y otros sectores. Hay que revisar, entonces, el concepto de soberanía alimentaria cruzándolo con las nociones de escalas de las condiciones normales de reproducción ampliada de la población.

Volver a la tierra que nos alimenta

02/08/11
Por Grupo de Reflexión Rural


Ante los tremendos sucesos que se han desatado en la provincia de Jujuy, tenemos el deber de manifestar en principio, nuestro total apoyo a las luchas de todo un Pueblo por recuperar su dignidad perdida. Estamos convencidos que la destrucción de la cultura agraria y campesina es la causa principal de los actuales desastres y colapsos sociales que arrojan a los pobres a los márgenes urbanos sin otro destino que depender de los planes asistenciales y de la voluntad de los gobiernos de turno.

De tal manera estamos reclamando ahora una reparación histórica, estamos reclamando volver a la tierra que nos da el sustento. Han estallado los moldes y los limites que los grandes propietarios agroindustriales habían impuesto y hoy pareciera que nada detiene a los pueblos en su búsqueda de un “buen vivir” que significa antes que otra cosa, volver a tener una relación directa con el terruño, como nuestros ancestros, y recuperar el sentido de ocupar la tierra para trabajarla y alimentar a nuestras familias.

Aportes al documento del GRR "La producción de agrocombustibles: Verdades y Mentiras"

Por Ricardo Guerra
Trabajador de Parques Nacionales
Provincias del noroeste


Comparto gran parte de la opinión. Sin embargo, como trabajador del estado en la temática de la conservación de la biodiversidad, considero que es el momento de avanzar para consolidar la política forestal embrionaria que generara la aprobación de la Ley de Bosques Nativos (Ley 26331). Aún con las debilidades que ustedes manifiestan, es una herramienta que supera, por su caracter de ley nacional- y leyes provinciales-, a las estrategias de conservación "importadas" (corredores, reservas de biosfera, monumentos, etc), promoviendo la participación de la sociedad en el ordenamiento territoriales de las masas forestales de nuestro país, constituyendo un verdadero hito.

La implementación de esta política de Estado es ciertamente escasa, ya que según el capítulo 11 se prevé un financiamiento “del 2% del total de la retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal” y el 0,3 % del presupuesto nacional para conformar el Fondo Nacional para la Conservación de los Bosques Nativos. Monto variable que depende de los valores internacionales de los productos exportados y que podría acercarse a los mil millones de pesos.

La producción de agrocombustibles: Verdades y Mentiras

Acerca de declaraciones de Greenpeace Argentina y el rol de las ONG en las estrategias del ordenamiento global corporativo

Esta semana se ha hecho público el comienzo en la Argentina del uso de la mezcla obligatoria de gasolina con etanol y de gasóleo con biodiesel. A propósito de ello, nos llama la atención y nos preocupa que el referente local de la ONG conservacionista Greenpeace, Juan Carlos Villalonga , afirme que “la posible competencia por el uso del suelo con la producción alimentaria, quedó atenuada por la nueva Ley de Bosques (26.331), que frena el avance de la frontera agropecuaria para monocultivos como la soja” . Solo se necesita observar cómo han quedado los mapas de los Planes de Ordenamiento Territorial, para darse cuenta que lo dicho por Villalonga es totalmente falso, ya que en su mayor medida, las provincias han habilitado extensas zonas para el cambio de uso de suelo, lo que implica seguir utilizando las tierras para cualquier tipo de monocultivo e incluso aumentarlas en zonas con ecosistemas boscosos. Aún peor todavía, Villalonga afirma que el agrocombustible de soja, “en los cálculos más optimistas, permite una reducción de emisiones de 31 por ciento promedio” y que “el dato varía mucho según el rendimiento de la cosecha”. El director de la ONG olvida señalar la cantidad de insumos que se emplearán, así como todos los efectos a largo plazo en la tierra utilizada para lograr ese supuesto rendimiento.

Declaración del GRR frente al Congreso Forestal Mundial

Frente al Congreso Forestal Mundial (CFM) nos hemos convocado desde el GRR, en defensa  del monte, del bosque y de la selva. Nos hemos convocado para tomar conciencia de las nuevas amenazas y volcarlas en el papel. Nos hemos reunido asimismo para evaluar nuestros actuales ecosistemas devastados o en estado de extremo peligro y para reflexionar en relación a la profundizació n de la carrera extractiva a escala mundial que también especula con nuestro territorio. Esta vez, se nos  propone la forestación industrial en gran escala, un proyecto comercial que no dudamos en visualizar como una firme continuidad de las peores prácticas y agresiones a la Naturaleza y a las poblaciones, que hemos sufrido hasta el momento. Aún más todavía, pensamos que los agronegocios forestales nos proponen monocultivos, tanto o más peligrosos que los de soja.

En las relaciones neocoloniales que las Corporaciones Transnacionales y el capitalismo globalizado establecen con nuestros países, intentan reemplazar los valores de la vida por ecuaciones contables. De esa manera, se imponen criterios de crecimiento y de escala, donde se rinde culto a las tecnologías y al progreso, extraviándose totalmente, junto a toda promesa de justicia, el objetivo de procurar el buen vivir de nuestros pueblos. El resultado político de estas sumisiones de las dirigencias a los criterios del poder globalizado y a las nuevas dependencias nacionales, son la generalizada pérdida de identidad y una extendida infelicidad, además de una gigantesca deuda ecológica que hipoteca el ambiente que nos rodea y compromete la suerte de las próximas generaciones…

Pronunciamiento del GRR sobre los Bonos de Carbono

Agosto 2009

Bonos de Carbono para la siembra directa y la soja

Los gobiernos acordaron en el año 1997 el Protocolo de Kyoto, denominado de manera oficial como Convenio Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas. El acuerdo entró en vigor el 16 de febrero de 2005, después que lo ratificaron 55 naciones que suman el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En la actualidad el Convenio Marco cuenta con el respaldo de 166 países. El Protocolo de Kyoto incluye entre otros acuerdos, y como artículo 12, el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que habilita a los países industrializados para adquirir certificados de reducción de emisiones, comprando acciones en proyectos que, supuestamente, secuestran o reducen las emisiones producidas. En la práctica, estos mecanismos habilitan a los países del hemisferio norte a contaminar en la medida en que inviertan bonos verdes en zonas captadoras de carbono, en los países del hemisferio sur.  

En junio de 2005, el entonces Secretario de Medio Ambiente de la Argentina, Atilio Savino, en una reunión habida sobre Cambio Climático, recibió a las principales entidades que representaban a los productores sojeros y maiceros. En la misma reunión participó Hernán Carlino, jefe de la Oficina Argentina del Mecanismo de Desarrollo Limpio y  presidente hasta hace unos meses de la mesa de acreditación de proyectos que aspiren a inversiones de los MDL de las Naciones Unidas. El funcionario explicó en ese encuentro las posibilidades que se generaban para los agrocombustibles a partir de la implementación del protocolo de Kyoto: “Al crearse una restricción del carbono, aparecen alternativas comerciales muy interesantes”, manifestó, alentando el optimismo de la audiencia agroempresarial. El Ingeniero Santiago Lorenzatti, Coordinador General de AAPRESID, por aquel entonces  a cargo del Proyecto de certificación de la siembra directa, sacó a luz la gran preocupación que animaba a los sojeros cuando preguntó acerca de qué posibilidades había de proponer a los cultivos agrícolas industriales como una de las alternativas en materia de secuestro de carbono para poder entrar en el comercio de las emisiones. El funcionario Hernán Carlino respondió que “esa propuesta no contó hasta ahora con ‘socios’ internacionales de peso, pero se intentará reabrir el debate, dado el interés que reviste para el país, líder mundial en siembra directa”.