Conservación de las Yungas


Un proyecto recientemente reconocido con el premio “Whitley para la Naturaleza” en Inglaterra cobró nuevo impulso por el apoyo económico que ésto le significó, garantizándole la continuidad de un año más en la tareas de conservación de loros aliseros extendida ahora al guacamayo verde, consideradas especies en peligro de extinción de las Yungas Australes.

El proyecto obtuvo uno de los premios más importantes en conservación de la naturaleza, otorgado por la Princesa Anna de Inglaterra. Lo recibió Luis Rivera, biólogo, investigador y docente jujeño de la cátedra de Biodiversidad de la carrera de Biología en la Facultad de Ciencias Agrarias, de la Universidad Nacional de Jujuy y presidente de la Fundación para la Conservación y Estudio de la Biodiversidad (Cebio).

El catedrático explicó que trabaja desde hace casi diez años tratando de generar información científica que pueda ser usada para la conservación y uso sustentable de la biodiversidad del Noroeste argentino, especialmente de las Yungas Australes, selvas de montaña.

El proyecto apunta en especial a las especies Loro Alisero, cuyo nombre científico es Amazona Tucumana, vive en la parte más alta de la Selva de Yungas, el Bosque Nublado o Montano, mientras el Guacamayo y el Guacamayo Verde, vive en la Selva Pedemontana. “Las Yungas en general y especialmente la Selva Pedemontana están amenazadas, han sufrido importantes transformaciones y degradación desde hace varios años, principalmente para cambiar el suelo a agricultura y ganadería, y en la parte más alta por la explotación forestal”, explicó Rivera.

Es por ello que la tarea que realizan es tratar de identificar los sitios donde viven estas especies y hacer una estimación de su número. Se centran en esta especie de loros más carismáticas, con el fin de llamar la atención y utilizarlas como símbolo para buscar la conservación del hábitat completo, selvas de gran importancia por la biodiversidad y variadas especies.

Estas son de gran importancia para las comunidades y ciudades que dependen del agua que viene de la selva de montaña, que además regula las cuencas y protege los suelos disminuyendo la probabilidad de deslizamiento, y además produce madera y forraje para ganado. “Muchas comunidades obtienen proteínas, cazan en la selva, recolectan frutos y miel”, dijo destacando su importancia para cientos de miles de hectáreas de cultivos irrigadas con aguas que provienen de las Yungas.

Para ello tratan de despertar la conciencia del rol que cumplen esas dos especies de aves y la selva en general, mediante divulgación a la sociedad, haciendo hincapié en el trabajo con las comunidades de distintos sectores de Yungas de Argentina como el de Bolivia, en virtud de que se distribuye por el norte argentino y sur boliviano.

Es que los loros se congregan en “dormideros nocturnos” y en invierno se juntan en grandes cantidades en pedacitos de bosque muy restringidos donde se los puede observar por lo que buscan que la gente ayude a contarlos para saber sobre el estado de esas poblaciones, y que se involucren en la conservación de su patrimonio natural. También procuran unir cultura con patrimonio natural, debido a que la gente valora su cultura, tradiciones y música para informarlos para que valoren y preserven su patrimonio natural.

Fuente: El Tribuno.com.ar

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