Yungas: negocio turístico para pocos, destino siniestro para todos.
Una muestra más de que a los políticos poco les interesa la defensa de nuestros bosques, selvas y montes, y ellos juntos con los empresarios solamente buscan obtener ganancias a costa de la biodiversidad. En una publicación digital de Jujuy se le da relevancia a las gestiones del diputado Marcelo Llanos (FPV) quien organizo una campaña publicitaria para ubicar a las Yungas jujeñas como destino turístico.
“El legislador destacó que la revista internacional Lonely Planet, que participó en el tour desarrollado especialmente para la prensa, publicará en la próxima edición de febrero notas sobre la región de los valles y las yungas jujeñas. Lonely Planet se distribuye en varios países del mundo como Brasil, Francia, Inglaterra, España, India, Filipinas, Taiwán y China además de la República Argentina” informa el diario digital. Asimismo, destaca las publicaciones sobre las Yungas como destino turístico de los diarios Ámbito Financiero, Clarín y la Nación, la revista de a bordo de la empresa Andes Líneas Aéreas y la Revista Weekend.
Estas publicaciones turísticas destacan el destino selvático, pero no hablan del destino siniestro: la destrucción planificada de la biodiversidad en manos de los agronegocios y el turismo “sustentable”. La expansión de los agronegocios de la mano del Ingenio Ledesma, que amplía sus fronteras de monocultivos a costas de la biodiversidad selvática, socio estratégico de Llanos en este y otros negocios, a razón de miles de hectáreas por año para poder producir biocombustibles. También, olvidan el otorgamiento de más de cien permisos de exploración y cateo de emprendimientos mineros en este territorio selvático por parte del gobierno provincial, o de los pozos petroleros funcionando o abandonados por PanAmerican Energy en el corazón del Parque Nacional Calilegua.
Por último, no hacen ninguna mención de los planes y proyectos de turismo “sustentable” llevados adelante por la Fundación Proyungas, ONG-empresa que se encarga de “remediar” los daños medioambientales irreversibles del Ingenio, “certificar” sus buenas prácticas ambientales y convertir la defensa del medio ambiente en un negocio inmobiliario millonario. Tal como expresa Teresita Lomáscolo, miembro de la Fundación Proyungas citada por la Gaceta de Tucumán, “ningún plan de conservación puede prescindir de los actores del sector privado, que, ¡atención!, tienen en sus manos el 93% del territorio nacional (sólo 2,5 millones de hectáreas están comprendidas en algún supuesto de área protegida)”. "La empresa puede conservar el ambiente sin resignar su rentabilidad. Pero hay que mostrarle cómo", explica la bióloga. Es por eso que esta empresa, ofrece tal como lo indica en su página web, “asistir técnicamente al sector privado en la creación, valorización y puesta en funcionamiento de Reservas Privadas en aquellas áreas que de común acuerdo se consideren relevantes” y “gestionar la inclusión de las propiedades declaradas reservas privadas en el sistema provincial y/o nacional de áreas protegidas. Esto podría beneficiar al propietario con la aplicación de los incentivos económicos previstos en la legislación correspondiente (Exenciones impositivas, promoción turística, programas de difusión, etc.)”, en http://www.proyungas.org.ar/nuestrotrabajo/reservasprivadas.htm. Es decir, convertir a las Yungas en un negocio turístico para algunos terratenientes y en la perdida de la biodiversidad para los pueblos.
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