La Asociación Por un Mundo Habitable (P.U.M.HA.), con sede en la localidad de Palo Santo, Formosa, denunció que el proyecto de ordenamiento territorial de bosques nativos de esta provincia, permitirá desmontadar tres millones de hectáreas más.
Los resultados del proyecto están a la vista en el mapa de ordenamiento territorial, teniendo en cuenta que las zonas en verde están habilitadas para el cambio del uso de suelo.
Fuente: Portal Oficial del Gobierno de Formosa
* En la categoría amarilla se incluyeron a todas las áreas correspondientes a comunidades aborígenes sujeto a ratificación por las respectivas comunidades.
* En la categoría verde se consideraron a todos los sistemas leñosos no incluidos en las categorías anteriores. Cabe aclarar que es en esta categoría donde están vigentes los porcentajes de cambio de uso del suelo presentados anteriormente en la Zonificación.
Lea a continuación extractos de los aportes y críticas enviados por la Asociación PUMHA al Subsecretario de Recursos Naturales, Ordenamiento y Calidad Ambiental de Formosa, referida al Proyecto de Ordenamiento Provincial de los Bosques Nativos Formoseños:
La provincia de Formosa se encuentra en la zona central de la inmensa región de bosques y pastizales (con características tropicales y subtropicales) llamada “El Gran Chaco Americano”. Se trata de la segunda región del mundo en lo que a riqueza de biodiversidad se refiere.
Cada una de las especies salvajes que habita nuestros bosques cumple una delicada y necesaria función dentro del equilibrio ecológico y ambiental de nuestra región (y su desaparición dañaría notablemente a todo el conjunto). Lo mismo ocurre en todos los ecosistemas boscosos de la Tierra. Tenemos especies salvajes que constituyen un verdadero patrimonio de la humanidad y, tales especies necesitan imprescindiblemente de nuestros bosques para sobrevivir y perpetuarse en el tiempo. Tales especies, además de su valor “ecológico”, pueden representar, en el futuro, un enorme potencial turístico y paisajístico (y también económico) para nuestro Pueblo.
Pero igualmente, los bosques, montes y selvas, al hacer más lento el escurrimiento del agua llovida, además de permitir una mayor absorción de dicha agua por el suelo, moderan y hacen mas lentas las crecidas de ríos y arroyos y regulan el caudal de los mismos, limitando la posibilidad de inundaciones. Y con su sombra protectora moderan y hacen del mismo modo más lenta la evaporación. La humedad de la masa boscosa actúa como regulador térmico, impidiendo grandes oscilaciones en la temperatura, etc.
Consecuencias ambientales de los desmontes
Por todo lo anterior, podemos afirmar que las principales consecuencias ambientales de los desmontes son:
- Un enorme daño atmosférico y climático: calentamiento global, modificación del régimen de lluvias y vientos, sequías, inundaciones, y el cambio climático origina a su vez modificaciones en la microbiología de cada región, provocando la aparición de enfermedades nuevas y epidemias diversas, tanto en humanos y animales, como en la vegetación y cultivos, lo que redundará en graves crisis alimentarias, conflictos por los alimentos y el agua, incremento del nivel de los mares por el derretimiento de las grandes masas de hielo en el Ártico y la Antártica y muchas catástrofes más.
- Empobrecimiento y desertificación de los suelos: la ausencia de bosques impedirá la renovación de los suelos y al mismo tiempo acelerará la erosión hídrica y eólica, transformando actuales superficies de tierras fértiles en desiertos improductivos y desprovistos de vida.
- Daños en el aspecto hídrico: inundaciones provocadas tanto por el aumento del nivel de los mares, como por las violentas crecientes de los ríos y por el agua de las lluvias, sobre las que ya no actuará la acción reguladora de los bosques
- Enorme genocidio ambiental, no solo desde el punto de vista del bosque mismo sino también en lo que concierne a nuestra fauna autóctona: para satisfacer la codicia de unos pocos se destruirá en pocos años lo que la naturaleza ha construido en muchos millones de años.
Consecuencias humanas y sociales de los desmontes
Según el Ingeniero Merenson (durante mucho tiempo Director de Bosques de la Nación Argentina), desde un punto de vista económico nuestros bosques, explotados integralmente, racionalmente y sin ser destruidos, pueden producir por hectárea mas ganancias inclusive que la agricultura y la ganadería. Sus recursos madereros, turísticos, paisajísticos, medicinales y de todo tipo son extraordinarios y su destrucción (por los desmontes) a largo plazo genera hambre, miseria, pobreza, concentración de la tierra en manos de unos pocos y, sobre todo, producirá en pocos años una catástrofe ambiental y humana que la sufriremos todos, pero fundamentalmente los mas empobrecidos. Nuestros hijos y nuestros nietos serán las principales víctimas de la codicia desenfrenada de quienes ordenan, autorizan y provocan los desmontes. Tales desmontes, en definitiva, constituyen algo así como un crimen contra la humanidad.
Desmontes y enfermedades
Sería interesante recordar que la aparición o el incremento de casos de muchas enfermedades infecciosas transmisibles (cuyo vector de transmisión lo constituyen determinados insectos), como el dengue, la fiebre amarilla, la leishmaniasis, etc., tiene una relación directa con los desmontes.
No obstante, y en una actitud de absoluta irracionalidad, la humanidad destruye aceleradamente las diversas formaciones boscosas de nuestro Planeta. Gran parte de la pluviselva tropical y ecuatorial, tanto en África como en Asia, ha desaparecido. En el continente americano, a la selva amazónica se la destruye aceleradamente. Los bosques caducidófilos templados son ya casi un recuerdo en la mayoría de los países de la Tierra. Y los bosques boreales de clima frío también se encuentran seriamente amenazados.
Como consecuencia de este verdadero genocidio ambiental es el "cambio climático" que hoy amenaza a la especie humana.
En la Argentina, hace prácticamente un siglo, los bosques montes y selvas cubrían la tercera parte del territorio nacional, pero los mismos fueron desapareciendo por obra de la acción del hombre. Este proceso de destrucción de nuestra masa boscosa se aceleró terriblemente en los últimos años y el progreso tecnológico en materia de topadoras y otras maquinarias de desmonte determinó que estas máquinas gigantescas en pocas semanas o meses pudieran hacer desaparecer miles o decenas de miles de hectáreas de bosques. Después, el fuego se encarga de destruir lo poco que queda o pueda haber quedado. Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta, Misiones, Corrientes y otras provincias más fueron testigos de estos infernales espectáculos.
Destruyeron cerca de las cuatro quintas partes de nuestros bosques
Luego de haberse destruido aproximadamente un 80% de los bosques, montes y selvas que existían en nuestro país y como consecuencia de un masivo reclamo popular, en noviembre de 2007, fue sancionada la Ley 26.331 de “Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos", mas conocida como "Ley Bonasso", que pareció significar un avance para proteger lo poco que aún queda de los bosques nativos en la Argentina.
Pero dicha ley estuvo mas de un año sin reglamentarse y la reglamentación se produjo recién con posterioridad a las catastróficas inundaciones producidas en la provincia de Salta (precisamente como consecuencia de los desmontes), inundaciones estas que pusieron en evidencia una vez mas ante la opinión pública nacional e internacional el terrible daño que se estaba haciendo a nuestro país con la destrucción de nuestros bosques nativos.
Sin ninguna duda, esta notable demora fue motivada por las enormes presiones de parte de poderosísimos grupos económicos que amasan fortunas con la destrucción de los bosques nativos argentinos y fundamentalmente por las presiones del comunmente llamado "complejo sojero argentino", ya que estos grupos económicos necesitaban el mayor tiempo posible para conseguir una "reglamentación" que desvirtuara o por lo menos que hiciera lo mas "inocua" posible (para sus intereses) a la mencionada Ley.
Hecha la ley, hecha la trampa
Actualmente, a pesar de la ley, para quienes manejaban y aun manejan esta suerte de "terrorismo de las topadoras" que está terminando con los bosques argentinos, parece continuar vigente aquello de "hecha la ley, hecha la trampa".
Recordemos, que la mencionada norma legal en artículo 33, establece que cada provincia a través de sus legisladores realizará el ordenamiento territorial de sus bosques nativos y que, hasta que este ordenamiento territorial no se encuentre realizado, no se podrán otorgar mas autorizaciones de desmonte, como asimismo que cada provincia deberá crear un mapa territorial de sus bosques, constituido por zonas rojas, zonas amarillas y zonas verdes:
- Las zonas de categoría 1, roja: sectores de muy alto valor de conservación que no deben transformarse. Incluye áreas que por sus ubicaciones relativas a reservas, su valor de conectividad, la presencia de valores biológicos sobresalientes y/o la protección de cuencas que ejercen, ameritan su persistencia como bosque a perpetuidad, aunque estos sectores puedan ser hábitat de comunidades indígenas y ser objeto de investigación científica.
- Las zonas de categoría 2, amarilla: sectores de mediano valor de conservación, que pueden estar degradados pero que a juicio de la autoridad de aplicación jurisdiccional con la implementación de actividades de restauración pueden tener un valor alto de conservación y que podrán ser sometidos a los siguientes usos: aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica.
- Las zonas de categoría 3, verde (sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad aunque dentro de los criterios de la presente ley.
Pero, en relación a lo precedente, cabría recordar que la corruptela y los estrechos vínculos de muchos gobiernos provinciales con "los señores de la soja" y con otros sectores interesados económicamente en los desmontes, como así también con las propias empresas desmontadoras y con los enormes grupos de poder económico que están detrás de los mismos, determinan, en muchos casos, que el llamado "ordenamiento territorial de los bosques nativos" termine constituyendo una pobrísima caricatura de lo que debería ser una política seria y eficiente de protección ambiental.
Por lo que podemos observar hasta el presente, en algunos mapas de provincias que ya han efectuado el relevamiento territorial de sus bosques nativos, llama poderosamente la atención la escasísima superficie clasificada como zona roja, o sea "zonas de muy alto valor de conservación que no deben transformarse"...
El rojo, un color casi ausente
Hay provincias, como en el caso particular de Salta, en que sus legisladores cuando el gobierno provincial realizó el ordenamiento territorial de sus bosques nativos, "blanquearon" una enorme cantidad de desmontes que ya se habían efectuado y que fueron una de las causas principales del desastre social y ambiental del alud en Tartagal.
En el caso de la provincia de Formosa, recién en diciembre de 2.009, la opinión pública tuvo conocimiento de un proyecto de relevamiento territorial de los bosques nativos elaborado por el Ministerio de la Producción y Ambiente de la Provincia y teniendo como equipo Consultor a Jorge Adámoli, Rubén Ginzburg y Sebastián Torrella.
Para poner a consideración dicho proyecto y con escaso tiempo de anticipación, se convocó a una Audiencia Pública para el 21 de diciembre de 2.009, siendo de destacar que, por rara casualidad (o quizás no por casualidad) la fecha elegida para la audiencia pública coincidió con la época en que los habitantes de nuestra provincia han comenzado a celebrar las fiestas de fin de año o se ausentan hacia otros lugares con motivo de las vacaciones. Es decir, la fecha elegida para la audiencia publica no parecía ser la mas adecuada para dicho evento y para una considerable participación ciudadana en el mismo.
Por otra parte, la circunstancia de que el proyecto elaborado por el gobierno no haya sido conocido por la ciudadanía en general y por las organizaciones con una prudencial anticipación, indudablemente impidió que el mismo pudiera ser estudiado en profundidad y o que se propusieran proyectos alternativos (muchas organizaciones ni siquiera fueron invitadas y simplemente se enteraron por los diarios).
¿Qué organizaciones ambientalistas participaron de la “Audiencia Pública”?
A propósito de lo anterior, cabría preguntarse ¿qué organizaciones ambientalistas participaron de la audiencia pública? Por tales motivos y por las características aparentemente poco amplias de la convocatoria, ni siquiera hemos concurrido a la audiencia pública del 21 de diciembre de 2009, pero atento al hecho de que el el Ministerio de la Producción y Ambiente estableció por resolución de fecha del 22 de diciembre, la fecha tope para la presentación de propuestas, señalándose que "hasta el día 22 de febrero del año 2010, inclusive, se recibirán las opiniones, críticas y aportes al Proyecto de Ordenamiento territorial para ambientes rurales de la provincia de Formosa", nos pareció importante y oportuno formular algunas reflexiones y opiniones sobre dicho documento y expresar nuestra preocupación referida a muchos puntos fundamentales del proyecto de Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos de Formosa.
Por ejemplo, nos llama poderosamente la atención y nos parece alarmante la escasísima superficie a la que se le asigna categoría 1, o sea "zona roja", es decir la escasa superficie a la que se considera "sectores de muy alto valor de conservación que no deben transformarse". En efecto, la superficie a la que se asigna categoría de "zona roja", según el mapa que obra en nuestro poder, debe ser bastante inferior al 4% de la superficie total de la Provincia y , con la única excepción de pequeñísimas áreas en la zona del Teuquito, estas escasas manchas de zona roja se hallan solo en la región oriental y en algún caso casi se limita a parques nacionales ya existentes, como el Parque Nacional Río Pilcomayo, siendo de destacar que este parque ya había sido reducido en su mayor parte con respecto a su superficie original, porque cuando fue creado, durante el gobierno del General Perón, en 1951, se le otorgó una superficie de 2.850 kilómetros cuadrados, pero durante la dictadura de Onganía, en el año 1.968, por ley 17.917, su extensión fue reducida a algo menos de 500 kilómetros cuadrados, superficie que tiene actualmente.
Si recordamos que la Ley 26331 de Bosques Nativos dice textualmente que "la categoría 1 (zona roja) incluirá áreas que por sus ubicaciones relativas a reservas, su valor de conectividad, la presencia de valores biológicos sobresalientes y/o la protección de cuencas que ejercen, ameritan su persistencia como bosque a perpetuidad, aunque estos sectores puedan ser hábitat de comunidades indígenas y ser objeto de investigación científica", cabría preguntarse: ¿los únicos lugares de la provincia de Formosa que tienen valores biológicos sobresalientes, o que poseen un importante valor de conectividad, o que ejercen una importante función de protección de cuencas, están en esas escasísimas y exiguas manchas rojas? ¿No resulta profundamente triste, alarmante y preocupante que hasta el bañado La Estrella, por ejemplo, se encuentre totalmente excluido de las "zonas rojas", a pesar de ser conocido internacionalmente por su riqueza biológica, por sus características ecológicas y ambientales casi únicas en el mundo y por su importancia fundamental en el sistema hídrico formoseño?
También resulta preocupante la escasa superficie provincial a la que se le asigna "categoría 2 (amarilla). En efecto, la categoría amarilla, según el mapa, parece ser bastante inferior al 10% de la superficie total provincial. Y, si recordamos que la Ley 26331 dice textualmente que la Categoría II (amarillo) es aquella constituida por sectores de mediano valor de conservación, que pueden estar degradados pero que a juicio de la autoridad de aplicación jurisdiccional con la implementación de actividades de restauración pueden tener un valor alto de conservación y que podrán ser sometidos a los siguientes usos: aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica, cabría preguntarnos: Si los bosques ubicados en esta categoría son los que pueden ser aprovechados sosteniblemente, por ejemplo para el aprovechamiento sostenible de la madera, ¿porque en una provincia tradicionalmente maderera y con un alto desarrollo de la industria de la madera, se ha destinado tan escasa superficie a tal fin? ¿Y porque comunidades tradicionalmente madereras como las de Palo Santo, Pirané y otras disponen solo de muy limitadas superficies amarillas y, en el caso de otras poblaciones, las superficies amarillas son inexistentes?
Y si otra de las finalidades a que se pueden destinar los bosques ubicados en zona amarilla es el turismo, ¿que turismo se podrá hacer con los mismos, si los pocos bosques que queden serán prácticamente isletas rodeados por extensiones mucho mas amplias contaminados y envenenados por los agroquímicos de la soja?
Y cuando se dice que en la categoría amarilla se incluyeron a todas las áreas correspondientes a comunidades aborígenes sujeto a ratificación por las respectivas comunidades, deberíamos preguntarnos, estas comunidades originarias, a las que una vez la llegada del hombre blanco las despojó de la mayor parte de sus tierras, ¿cómo, cuando y de que manera van a ser consultadas? Y nos preguntamos esto por que don Mariano López, aborigen y delegado interwichi, dice haber presentado un proyecto referido al ordenamiento territorial de los bosques nativos que ni siquiera habría sido tratado (este documento fue presentado también ante más de 7 mil personas, entre investigadores, empresarios forestales, autoridades y prensa de todo el mundo en el XIII Congreso Forestal Mundial, realizado en Buenos Aires entre el 18 y el 25 de octubre).
En el mapa de ordenamiento territorial presentado por la provincia, aparece pintado de verde, es decir como Categoría III algo así como el 80% de la superficie total de nuestra provincia. Y si recordamos que la Categoría III (verde) es la que, según la ley, comprende sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad aunque dentro de los criterios de la presente ley, esto indica que, según este ordenamiento territorial, algo así como las cuatro quintas partes del territorio provincial son consideradas como sectores de bajo valor de conservación, incluyéndose en esta superficie, supuestamente de bajo valor de conservación, a gran parte de los humedales del bañado La Estrella, una región que por sus características puede considerarse patrimonio natural de la humanidad.
A lo anterior deben agregarse varias centenares de miles de hectáreas que podemos ver en dicho mapa pintados de blanco y calificadas como "zonas productivas", lo que haría suponer que se las considera como zona de tierras que ya han sido desmontadas (aunque todos sabemos que, dentro de esas zonas pintadas de blanco, existen y se conservan aun muchísimos bosques de considerable valor) ¿Cuál será el destino de tales bosques que en el mapa aparecen directamente en "zona productiva"?
Por otra parte, en el documento del gobierno provincial se expresa claramente como superficie total potencial de habilitación para cultivos una extensión de 3.328.108 hectáreas, y, si recordamos que la superficie cultivada actual es de algo menos de 500.000 hectáreas (en junio de 2008 la superficie total transformada en Formosa era de 403.000 hectáreas) , esto significa que, a pesar de la nueva ley de bosques, en la Provincia de Formosa los desmontes no se detendrán, sino que continuarán aceleradamente y, según las cifras que da el propio gobierno, resulta evidente que en los próximos años se desmontarán mas de 2.800.000 hectáreas. y en esas 2.800.000 hectáreas actualmente boscosas se exterminará todo tipo de vida, morirán cientos o miles de millones de animales silvestres de todo tipo, aun de especies en peligro de extinción, y lo que no sea asesinado y eliminado por las topadoras será asesinado y eliminado por la infernal acción del fuego de los incendios posteriores...
Desmontarán casi tres millones de hectáreas
Lo que no se dice explícitamente (aunque todos lo sabemos) es que la mayor parte de esas 2.800.000 hectáreas desmontadas serán destinadas al cultivo de soja. Tampoco se dice (aunque todos lo sabemos) que la soja es uno de los cultivos que genera menos empleo y fuentes de trabajo y que mas empobrece los suelos y que, de este modo, estamos reemplazando bosques (que dan o pueden dar trabajo a muchísimos formoseños) por soja (que genera una reducidísima oferta laboral).
Y lo que no se dice, pero todos lo sabemos o, al menos lo suponemos, es que seguramente, cuando el suelo de esas 3.328.000 hectáreas que se habilitarán para cultivos, haya sido totalmente agotado, se buscará alguna nueva herramienta legal para "ganar mas tierras" destruyendo mas bosques y montes, hasta que al final no quede nada... ¿y entonces qué?
Nos parece importante destacar igualmente, que, mientras escribimos esta nota, a no muchos kilómetros de aquí, el ruido, la muerte y el avance de las topadoras no se detiene.
En síntesis, nos parece importante hacer notar que, si se aprueba el proyecto de la Provincia de Formosa habrá contribuido una vez mas, con el desmonte de casi 3.000.000 de hectáreas, al calentamiento global de la tierra, el cambio climático, los tornados, las inundaciones, las sequías, inundaciones y otras catástrofes que amenazarán a la Argentina por el mal manejo de su patrimonio natural.
Y estaremos destruyendo los enormes recursos madereros, apícolas, medicinales y de todo tipo que encierran nuestros bosques y que si se manejan racionalmente y en forma sostenible, podrían brindar oportunidades laborales a muchísimos miles de miles de trabajadores, todo ello sin desmontar una sola hectárea.
Entendemos que se debe reveer y solicitamos se revea totalmente el Proyecto de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos hecho público por el Gobierno Provincial en la audiencia pública del día 21 de diciembre de 2009, porque este "proyecto" , a pesar del lenguaje notablemente "ambientalista" con que se pretende "camuflar" la realidad, está legalizando nuevos desmontes en casi 3.000.000 de hectáreas de bosques formoseños y está legalizando la destrucción de nuestro patrimonio provincial.
Ramón M. Godoy
Asociación P.U.M.HA.
http://www.pumhalavozdelmonte.com.ar/index.php
Lea aquí la versión completa del Plan de Ordenamiento Territorial de Formosa:
http://www.formosa.gov.ar/modulos/produccion/templates/files/POT-For.pdf
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